viernes, 29 de abril de 2011

Leyendas destacadas de Thor I


Bueno, lo que creía que sería un post se ha convertido en dos ya que muchos me habéis afirmado vuestro interés por este dios en particular. Como hay numerosos mitos y leyendas me ha sido difícil escoger aquellas poco conocidas y muy representativas de este dios que creo que a muchos os gustará leer y conocer: 

¿Sabíais que el gran Thor alguna vez tuvo que verse obligado a vestir como una mujer? ¿Sabéis como consiguió su famoso martillo? ¿Sabíais que Thor una vez fue vencido por una simple anciana? 

Pues si lo desconocíais u os apasiona conocer más sobre este dios en particular y la mitología nórdica en general aquí tenéis unas cuantas leyendas o mitos representativos con los que creo que os divertiréis:


Sif, la diosa de los cabellos dorados y la creación de Mjolnir.


La versión más popular del mito sobre la creación de Mjolnir, se encuentra en Skáldskaparmál en la Edda prosaica de Snorri Sturluson.

Sif, esposa de Thor era llamada la resplandeciente por su espléndida, larga y brillante cabellera dorada, la cual le llegaba hasta los pies como si de una capa se tratase. Se decía que su cabello representaba el grano dorado que cubrían las tierras, símbolo de la abundancia y prosperidad de las cosechas y que su corazón era tan grande como fiel a su poderoso marido.

La diosa Sif
Un día, Sif descubrió horrorizada al levantarse de su reparador sueño que su cabellera había sido cortada de tal forma que casi parecía calva. Thor al enterarse, como es de suponer se enfureció enormemente prometiendo a su esposa  que castigaría inmediatamente al que hubiese cometido tal atrocidad. Tras varias conjeturas fue en busca de Loki, el dios malicioso y travieso que traía a los dioses por el camino de la amargura. 
Thor lo amenazó con su poderoso martillo tras lo cual su enemigo intentó escapar pero el dios enfurecido lo alcanzó pronto estrangulándolo cegado por la rabia. Tras varias súplicas, ruegos y entrecortadas disculpas Thor acabó soltándolo al escuchar su promesa de procurarle a Sif una nueva cabellera, más bella y larga que la anterior. 


Loki se fue decidido hacia las entrañas de la tierra para suplicarle al enano Dvalin o Ivaldi y sus congéneres que le fabricaran la prometida cabellera además de varios regalos para Odín y Freya con el fin de calmar la ira de los dioses cuando se enteraran de su nueva travesura. Así fue como el enano fabricó la lanza Gungnir, que nunca fallaba su objetivo y el barco Skidbladgar que podía navegar tanto por aire como por agua albergando la capacidad mágica añadida de poder disminuir de tamaño hasta coger en un diminuto bolsillo.  Finalmente fabricó su obra maestra: una hermosa cabellera hecha de hebras de oro puro que al tocar la cabeza de la diosa, crecería tan rápidamente y se adaptaría a ella como si de su propio pelo se tratase. 

La lanza Gungnir, el barco Skidbladgar y la cabellera dorada de Sif

Loki quedó tan impresionado con los artefactos fabricados por los enanos que se deshizo en elogios hacia ellos, en especial el hijo de Dvalin al que declaró como el más diestro de todos, palabras que otro enano, Brock, escuchó con gran desaire, tras lo que acabó exclamando a los cuatro vientos que su hermano Sindri podía fabricar otros tres objetos mejores que los anteriores tanto en valor como en magia. Loki retó al enano a que demostrase lo que afirmaba con tanta rotundidad apostando su cabeza contra la del enano a modo de garantía.

Sindri al enterarse de tan arriesgada apuesta, no tuvo más remedio que aceptarla advirtiéndole a Brock que por haberlo puesto en tal aprieto, tendría que trabajar sin descanso hasta finalizar  con los tres objetos mágicos mientras él procuraba la ayuda y realización de ocultos conjuros y prohibidos hechizos. 

Loki, dado su carácter pícaro y malicioso se transformó en un tábano con el fin de hacer que Brock parase en su arduo trabajo. Pero no cumplió su objetivo ya que a pesar de picarle cruelmente en la mano, el enano siguió realizando su trabajo sin descanso. Cuando Sindri regresó la primera maravilla mágica ya estaba terminada: un enorme, bello  y dorado jabalí salvaje llamado Gullinbursti cuyo poder era el de emitir luz mientras surcaba los cielos a una velocidad insuperable que nadie más podía emular.

Los enanos herreros
Sindri volvió a ausentarse para asegurarse más magia para los restantes objetos mientras su compañero continuaba con su labor. Loki, metamorfoseado en tábano volvió a picar a Brock, esta vez en la mejilla pero el enano siguió con su trabajo y cuando Sindri regresó por segunda vez tenía listo la segunda maravilla mágica: el anillo mágico Draupnir, el emblema de la fertilidad del que cada nueve noches salían otros ocho anillos idénticos en magia y belleza aumentando así la riqueza de aquel que lo portara

Sindri no podía estar más contento y tras la promesa de que Brock realizaría a tiempo el tercer objeto, se marchó confiado. Esta vez Loki, desesperado y aún convertido en tábano, picó al enano con gran saña en su ojo hasta que la sangre hizo que el enano no pudiese ver lo que estaba haciendo. Brock, confundido alzó su mano por un segundo para limpiar la sangre pero esto provocó un daño irreparable y cuando Sindri volvió para ver el ultimo objeto mágico, no pudo evitar emitir una exclamación de decepción pues lo que Brock había fabricado no era más que un martillo cuyo mango era demasiado corto
 
A pesar del incidente, Brock estaba seguro de ganar la apuesta y no hizo caso de los consejos de su compañero por lo que se dispuso a presentarse ante los dioses que actuarían como árbitros de la apuesta,  en Asgard, donde le entregó a Odín el anillo Draupnir, a Freya el jabalí Gullinbursti y a Thor el martillo Mjöllnir cuyo poder destructivo no alcanzaba limites.

El jabalí dorado, el martillo de Thor y el anillo Draupnir
 
Loki, en cambio, entregó la lanza Gungir a Odín, el barco Skidladnir a Freya y la cabellera dorada a Thor que tras depositarla en la cabeza de su esposa observó maravillado como creció adaptándose a su nueva anatomía y ganando en belleza y longitud a la cabellera original. Tras una breve deliberación los dioses decretaron que Brock había ganado la apuesta ya que el martillo, en manos de Thor, era de un valor incalculable y crucial para la interminable guerra que se fraguaba contra los gigantes de hielo. 

Loki huyó precipitadamente sospechando las reprimendas de los dioses hacia su persona.  Sin embargo, Thor le cerró el paso y se lo entregó a Brock; sin embargo Loki, que como siempre, se salía con la suya, afirmó que había empeñado su cabeza pero no su cuello y que por tanto, debían tener mucho cuidado con no tocarlo. Tras esta sutil y astuta treta, Brock decidió castigar al dios Loki cosiendo sus labios para que éste no pudiese decir nuevas maldades. El dios, abochornado en silencio por las burlas de sus compañeros divinos, se las ingenió al cabo de un tiempo para cortar el hilo de su boca y volver así a ser tan charlatán y malicioso como siempre.

El robo del martillo Mjöllnir



Un día, al despertar, Thor no pudo por más que lo intentó, encontrar su poderoso martillo tras lo cual decidió pedir ayuda a Loki el cual, sospechando donde se encontraba la famosa arma, se transformó en halcón gracias al traje de plumas de Freya, para visitar al rey gigante de los Tursos, llamado Thrym, el ruidoso que se encontraba en la tierra de los gigantes. 

El rey le explicó que efectivamente el poseía el martillo pero que lo tenía escondido y no lo devolvería hasta que tuviera consigo a la bella diosa Freya. Como era de esperar la diosa no aceptó casarse ni ver al rey. 

Los dioses pidieron ayuda entonces a Heimdall quien tuvo una peculiar y estridente idea: disfrazar a Thor con las ropas de Freya. Como os podéis imaginar Thor se negó rotundamente a efectuar tal estupidez pero acabaron convenciéndolo entre todos. Sea como fuere, Thor acabó disfrazado de Freya con un gran velo sobre su rostro y Loki acabó igualmente disfrazado de su dama de compañía y acudieron al encuentro de Thrym el cual acabó convencido del engaño ingenuamente. 

El emocionado rey organizó un esplendoroso banquete en el que Thor, dada su glotonería, empezó a devorar con una  hambre y sed tan voraces todo lo que encontraba a su paso que el rey empezó a desconfiar. Loki, apurado, se apresuró a explicarle a Thrym que la emoción de Freya por su presencia era tan intensa y el viaje tan largo que su apetito había aumentado desproporcionalmente. Thrym asintió satisfecho y le pidió a Freya que descubriera el velo que tenía puesto ya que quería besarle. Podéis imaginaros la reacción de Thor disfrazado: Con un venenoso brillo de sus ojos casi tumba al rey gigante de un tremendo empujón. Loki se apresura a excusarse afirmando que el brillo de los ojos de Freya era debido a la gran felicidad que sentía además de ser muy tímida. El rey vuelve a asentir y se decide a anunciar la boda: “¡Que el martillo de Thor selle este compromiso!” sacando el martillo y poniéndolo en la falda de la supuesta novia, con lo cual Thor recupera inmediatamente a Mjollnir. En ese momento se desviste de sus femeninas ropas y ante el horror del propio rey y sus gigantes, los aniquila a todos recuperando así su preciada arma.

La  sabia prueba de Thor para un pretendiente



La hija de Thor, Thrud, era admirada por su gran belleza por lo que tenía numerosos pretendientes. Uno de ellos era un enano llamado Alviss que como todos los enanos tenía la peculiaridad de convertirse en piedra si le daba la luz del sol. Este era uno de los motivos por los que Alviss visitaba a su amada en la oscuridad de la noche mientras Thor, quien se oponía a la relación, dormía plácidamente en su lecho. 

La pareja de amantes enamorados siguieron viéndose de este modo durante algún tiempo hasta que Alviss, lleno de coraje decidió pedir la mano en matrimonio a su amada que aceptó encantada. Esa noche tuvieron mala suerte, puesto que Thor regresó tarde al Bilskimir y se encontró a los dos amantes  en el momento más álgido de su pasión. Thor enfureció al momento diciéndole al enano que un ser de tan baja estatura no era digno de su hija y le retó a una prueba para demostrar su sabiduría para así demostrar su valía. Alviss aceptó y el dios empezó a hacerle numerosas preguntas que se fueron extendiendo hasta altas horas de la noche. 
Cuando hubo finalizado aparentemente la prueba y Thor afirmó que no tenía más preguntas para él, Alviss, confiado y victorioso, se dispuso a coger la mano de su amada pero en realidad desconocía que estaba cayendo en la trampa causada por la astucia del dios del trueno. Fue así como de esta manera, tras la concentración y entretenimiento de la prueba, no se percató de que estaba amaneciendo y justo cuando cogía la mano de Thrud, los rayos del sol tocaron su piel y al momento se convirtió en piedra.  De nada sirvió que Thrud llorase desconsoladamente a su amado, es más, la estatua de piedra sirvió de ejemplo para que ningún otro pretendiente coquetease con la hija de Thor en secreto ni sin su consentimiento, causa por la que Thor se volvió más cauteloso con respecto a su hija, demostrando así su astucia.
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